Jaime Bayly se desnuda con brutal honestidad para contar una historia personal marcada por la admiración, la decepción y la furia contra un hombre que fue su ídolo y su verdugo: Mario Vargas Llosa.A propósito de la muerte del Nobel, Bayly reflexiona sobre la hipocresía de los elogios póstumos, sobre los aduladores de última hora y los viudos literarios que hoy se disputan la cercanía con el escritor, borrando convenientemente sus sombras humanas y políticas.Pero Bayly, que lo conoció, lo admiró y lo enfrentó, no olvida. Ni olvida sus desacuerdos políticos ni las heridas familiares. Recupera textos de César Hildebrandt y Aldo Mariátegui —dos periodistas que, como él, nunca se rindieron a la corte del Nobel—, y se atreve a leer fragmentos de una incendiaria columna suya escrita en 2010.La pieza, titulada “Bastardos con mala entraña”, es un testimonio de época. Un documento ácido, feroz, pero también profundamente humano. Bayly se reconoce exagerado, quizás ebrio de pastillas, pero nunca falso. En esas páginas hay un ajuste de cuentas no solo con Vargas Llosa y su hijo Álvaro, sino también consigo mismo.Entre la sátira y la confesión, Bayly deja claro que el genio literario y el hombre político no siempre fueron la misma persona. Y que, en un país donde todos callan por miedo, él prefiere incomodar con la verdad.#JaimeBayly #MarioVargasLlosa #BaylyOpina
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