Un claro sospechoso, una investigación inexistente y un descubrimiento macabro que estremeció a toda Alemania. Tuvieron que pasar 28 años para descubrir la verdad detrás de la desaparición de Birgit Meier, y lo que se descubriría después de estos 28 años sería una auténtica historia de terror. Era 1989 cuando Birgit se esfumó sin dejar rastro. Su familia la buscó desesperadamente, enfrentándose a muchas pistas inconclusas y a una investigación llena de errores que parecía no llevar a ningún sitio. Durante casi tres décadas, su caso fue un auténtico misterio, pero lo que nadie sabía era que el responsable de su desaparición estuvo siempre más cerca de lo que podían imaginar.
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